La familia es el marco natural donde se desarrolla la educación de los hijos. Éstos necesitan crecer experimentando el cariño y la atención de sus padres. De hecho, es en la familia donde se crea el mejor ambiente para el desarrollo de aquellas cualidades y valores que permiten madurar como personas. Por eso, no es raro que algunos se extrañen al conocer que parte de los alumnos del Seminario son internos. Tal vez se asocia este método educativo a otros tiempos pasados. Sin embargo, dicho prejuicio nada tiene que ver con nuestra realidad concreta.
El ambiente del internado del Seminario se caracteriza, sobre todo, por ser claramente familiar. En él se vive desde la confianza y la sana libertad. De ahí que sean numerosas las ventajas que se ofrecen a los padres en la educación de sus hijos:
Todas las actividades se llevan a cabo en comunidad, de modo que así se facilita al adolescente entablar contactos sociales que le ayuden a madurar como persona de cara a su futuro personal y profesional.
Su rendimiento académico puede ser mucho mayor, ya que se dispone de un tiempo reglado de estudio y de profesores que le acompañan todas las tardes en su formación intelectual.
Se le ofrecen distintas actividades deportivas y de tiempo libre que fomentan la adquisición de competencias sociales, el trabajo en equipo y la tolerancia.
El estilo de vida ordenada ayuda al adolescente a estructurarse mediante la adquisición de hábitos de estudio, oración y convivencia, que garantizan la adquisición de seguridad en uno mismo y el desarrollo de la responsabilidad.
A veces nos damos cuenta de que nuestros alumnos internos maduran más rápidamente que otros chicos de su edad que se encuentran sobreprotegidos por sus padres. No obstante, somos conscientes de que los padres son los primeros responsables de la educación de sus hijos. Por eso en todo momento cuidamos la comunicación y el contacto con ellos, informándoles de los avances y dificultades que vamos descubriendo en los chicos, y poniéndonos a la escucha para recibir sus sugerencias. En definitiva, nuestra misión consiste en colaborar con la educación cristiana de calidad que los padres han elegido para sus hijos.